

Dra. Laura Evelia Torres Velázquez
Profesora de Carrera Titular en la Universidad Nacional Autónoma de México
Correo electrónico: lauratv@unam.mx
Cita recomendada:
Torres, L. (2025). ¿Ambiente seguro y libre de violencia en la universidad? Revista de Divulgación Crisis y Retos en la Familia y Pareja, 7(1), 10-15. https://doi.org/10.22402/j.rdcrfp.unam.7.1.2025.612.10-15
Resumen
Actualmente existe un grado alto de violencia en contextos considerados de protección, afecto y unión, como el escolar. Investigaciones diversas evidencian violencia en este ambiente, generalmente en relaciones desiguales de adultos violentando a menores de edad, pero ¿este tipo de relaciones violentas cambian cuanto la interacción se da entre adultos, es decir con alumnos que cursan el posgrado? Por tanto, el objetivo fue analizar el ambiente del estudiantado durante sus estudios de maestría y doctorado en Universidades Públicas. Se realizaron ocho entrevistas a estudiantes de posgrado sobre el ambiente en el que se desarrolló sus estudios de maestría y doctorado. Los resultados evidencian variadas formas de violencia sufrida por el alumnado, muchas veces normalizada, cuyas consecuencias van de leves a graves, como el abandono de sus estudios y un largo periodo de terapia psicológica. Se concluye con algunas sugerencias que permiten prevenir y/o erradicar la violencia existente en las Universidades.
Palabras clave: violencia, prevención, erradicación, contexto educativo, posgrado.
¿Qué se investigó?
Según datos de la investigación de Peinado et al. (2021) en el ciclo escolar 2019-2020 estudiaban el Posgrado (especialidad, maestría y doctorado) en México 248,018 alumnos; del total de alumnos 54,731 cursaban alguna especialidad, 158,219 alguna maestría y 35,068 un doctorado.
Esquivel et al. (2018) señalan que entre los motivos principales del estudiantado para cursar un posgrado en México es porque desean tener conocimientos nuevos y especializados en el mercado laboral, y porque consideran que al estudiar un posgrado tendrán un mejor desarrollo, tanto personal como profesional. Mención aparte son también los apoyos económicos que pueden tener, por ejemplo las becas que ofrece el CONAHCyT a los posgrados de excelencia. Otra motivación más es la movilidad nacional e internacional a la que tienen acceso, realizando estancias, intercambios y colaboraciones sobre todo en investigación, en otras instituciones de Educación Superior
El posgrado otorga al estudiante conocimientos que contribuirán al beneficio de una mejor calidad de vida. Sin embargo, solo el 5% de los que estudian una carrera universitaria se inscriben para cursar un posgrado. No cabe duda de que se ven involucrados muchos aspectos tanto personales como familiares y laborales en la toma de decisión de seguir estudiando. Pero, algunos sí lo hacen y lo viven con muchas expectativas, tanto personales como escolares y laborales.

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Pero lo que no esperan es continuar sus estudios en un ambiente de violencia permanente, sí saben que será duro en cuanto a la carga de trabajo, al tiempo de estudio, a la dificultad del aprendizaje, etc., pero no se plantean que las relaciones con administrativos, tutores, docentes y/o compañeros puedan ser violentas.
Algunos autores (Peña y López, 2022, Quintero, 2020; Reyes et al., 2024) han dado cuenta de la gama de acciones de violencia que se ejercen en todos los niveles escolares. La violencia es el daño que se hace a una persona con el objetivo de humillarla y de hacerla sentir mal, pasando los límites del respeto en lo personal y profesional, generando graves consecuencias para la víctima. Martínez (2016) menciona que la violencia siempre es un acto relacional, donde se niega o disminuye la subjetividad de la víctima, a la que se trata como un objeto.
El propósito no es disminuir la violencia, se tiene que prevenir o erradicar por los efectos que causa en las víctimas, que van desde afecciones físicas hasta emocionales y sociales. A menudo se clasifica el tipo de violencia, pero es un hecho que por lo regular se manifiesta de diversas maneras, así es que resulta inútil separarla o clasificarla, siempre se manifiestan diferentes tipos de violencia a la vez.
El objetivo de esta investigación es analizar el ambiente del estudiantado durante sus estudios de maestría y doctorado en Universidades Públicas, para detectar indicios de violencia que afecten su vida escolar tanto como su vida personal.
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¿Cómo se llevó a cabo la investigación?
Se contactó con 8 estudiantes de posgrado: maestría o doctorado de Universidades Públicas, con la estrategia de “bola de nieve”, se les explicó la investigación y los que aceptaron participar firmaron un consentimiento informado en dónde se les comunicó el objetivo de la investigación, el tratamiento de los resultados y el que en cualquier momento podían decidir no participar o no contestar las preguntas de la entrevista. Se les pidió autorización para grabar la entrevista y así realizar mejor el análisis. Todas las personas que aceptaron participar fueron mujeres, los hombres no aceptaron, señalando que no tenían tiempo o que el tema les era ajeno. Tres estudiaban la Maestría y cinco cursaban o habían cursado el doctorado.
Se utilizó una entrevista como instrumento para obtener la información con tres apartados: Casos de violencia que habían vivido durante sus estudios de posgrado; repercusiones de la violencia en la vida del alumnado y recomendaciones para erradicar la violencia en el posgrado. Después se transcribieron las entrevistas y se elaboró una historia colectiva de cada uno de los apartados, anotando en cada uno la información que brindaron las participantes.
¿Qué se encontró?
Los resultados se presentan de acuerdo a los tres temas investigados. En la Tabla 1 podemos observar la persona que los estudiantes detectaron como la que frecuentemente ejerce la violencia en el posgrado, las acciones que realizan y a las que regularmente se enfrentan.
Tabla 1. Casos de violencia vividos o vistos durante sus estudios de posgrado.
Personas que ejerce la violencia | Casos vividos en el posgrado |
Administrativos (as) | Tramites complejos, no hay suficiente información o la información es contradictoria, hay amenazas de quitar la beca, de no aceptar la inscripción, no hay respuesta a las interrogantes del alumnado, el lenguaje de algunos administrativos es déspota, agresivo o bien ignoran al estudiantado. Las alumnas notan que se siguen reproduciendo estereotipos de género y se hacen comentarios denigrantes hacia ellas. |
Compañeros (as) | Mencionan que dentro del posgrado hay mucha competencia entre los alumnos, mucha propiciada por los docentes, lo que genera que la vida académica se viva en soledad, cuidándose de qué se dice, se piensa o se opina, para no generar burlas, críticas y ataques de sus condiscípulos. |
Docentes | Hay humillaciones y menosprecio hacia los estudiantes, no hay tolerancia a las diferencias de opiniones, parece ser que no pensar igual es visto como ser enemigos, realizan acciones para destruir, humillar, evidenciar y burlarse de quien opina diferente. Las alumnas se quejan de hostigamiento, les rompen, tachan o rayan sus proyectos o trabajos, les cuestionan estar en el posgrado si no cuentan con la inteligencia o las habilidades necesarias, o las amenazan con reprobarlas o de quitarles la beca. |
Tutores | Los tutores imponen sus proyectos de investigación, las alumnas no pueden escoger el tema que les interesa, y si el tutor se enoja les quita su proyecto, los datos que generaron y los corre de su investigación, y el gran problema es que no pueden cambiar de tutor, es más fácil salirse del posgrado. Aguantan agresiones, insultos, descalificaciones y amenazas. Señalan que algunas veces el tutor nunca aparece, solo firma al final del semestre, no los dirige, no los guía, no está en el desarrollo de su formación. |
Se observa en la Tabla 2 las consecuencias de la violencia que observaron más frecuentemente las alumnas durante sus estudios de posgrado.
Tabla 2. Repercusiones de la violencia en la vida del alumnado.
Algunas de las repercusiones que tiene la violencia en la víctima | ||
Abandonar los estudios | No entregar tareas a tiempo | Frustración |
Ansiedad | Estar medicados | Enojo |
Estrés | Burn out (estar agotados) | Tristeza |
Depresión | Temor a perder la beca | Soledad |
La Tabla 3 nos muestra algunas de las recomendaciones que hicieron las alumnas para prevenir o erradicar la violencia en el posgrado.
Tabla 3. Recomendaciones para erradicar la violencia en el posgrado.
Recomendaciones |
Formar una red de apoyo. |
Sensibilizar a los docentes sobre el poder, la violencia y la labor docente. |
Formar un grupo de contención emocional. |
Que el estudiante elija su tema de investigación y pueda cambiar de tutor si es necesario. |
Un Departamento que vigile los derechos y obligaciones de profesores y estudiantado. |
Un Departamento que vigile los procesos administrativos y elabore un manual confiable. |
Contar con un protocolo de actuación para la denuncia y contención en caso de violencia y difundirlo. |
Creer que en el posgrado no se tiene que sufrir y llorar, sino que se puede gozar y disfrutar. |
¿Qué se concluye?
Los estudios de posgrado son relevantes para el avance científico y tecnológico de una País, contar con personas preparadas y capacitadas para investigar y plantear soluciones a los problemas nacionales e internacionales, brindan nuevas formas y posibilidades de contar con un mundo más habitable.
Las estadísticas nos revelan que son pocas las personas que realizan estos estudios, en comparación a la población en general, a la población de educación básica, media, media superior e inclusive con referencia a los que concluyen la educación superior.
Considerando que los estudios de posgrado permiten un conocimiento más especializado y promoverán un mayor desarrollo humano, social y tecnológico, es que se brindan apoyos para que los estudiantes se dediquen de tiempo completo a sus estudios, por lo que se brindan estancias, intercambios, cursos adicionales, materias optativas en otras Instituciones Educativas dentro y fuera del País, entre otros, lo que permite que el estudiante aproveche los recursos académicos tanto de su institución educativa como de otras instituciones nacionales e internacionales, para lograr conocimiento de vanguardia que incida en los desafíos que se presenten en su entorno laboral y social.
Sin embargo, no es aceptable que después de tanto esfuerzo de la Universidad, de algunos docentes y tutores por lograr una alta calidad educativa, los trámites administrativos, el desconocimiento del plan de estudios, la falta de respeto y ética de docentes y tutores, lo echen por tierra.
Por tanto, es hora de actuar y de prevenir o erradicar de los planteles educativos la violencia; no es permitido que los estudiantes vivan en su entidad educativa un ambiente de violencia, que les provoquen el abandono de los estudios, que los lleve a medicarse, a perder la salud física y emocional.
Es importante hacer un llamado a los docentes para que replanteen su quehacer académico, científico, su labor de enseñar como una misión, en donde enseñar es facilitar el aprendizaje (Figueroa, 2021), que puedan entender cómo su práctica educativa puede perjudicar el aprendizaje del estudiantado, y a veces daña otras esferas de su vida.
Es relevante que los tutores tomen con seriedad y profesionalismo su papel de educadores, que perciban que castigar, amenazar, culpabilizar, humillar, ofender, apropiarse del trabajo intelectual y académico del estudiantes, no es su labor como tutores y entender que el posgrado se puede disfrutar, no es para sufrir y llorar, no se necesita formar a los estudiantes a través del miedo (Poniatowska, 2017).
A las autoridades académicas les corresponde reconocer que la violencia no se puede tolerar en ningún contexto, pero menos en un contexto escolar, en donde se fomenta la discusión de ideas, la pluralidad de pensamiento, la libertad de expresión, el respeto, la equidad, la tolerancia (Aroca, 2022). Entender que las Instituciones de Educación Superior tienen que ser espacios donde el estudiantado esté seguro, se sienta libre de expresarse, de actuar, de crear, donde disfruten del conocimiento y se sientan atraídos por seguir investigando e innovando.
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Es doloroso escuchar las palabras de una alumna, dijo que los hombres en el posgrado viven violencia psicológica, verbal, institucional, pero las mujeres además viven violencia sexual, que es más profunda tanto durante el ataque como en la recuperación. Esta violencia se arraiga aun y cuando ya no estén en el posgrado, el cuerpo sigue sintiéndose manchado y se queda un mandato de que en ningún lugar estarán seguras, en todos lados tendrán que estarse cuidando.
Referencias
Aroca, M. (2022). Concepción de un nuevo paradigma educativo desde la perspectiva de género. Cultura, Educación y Sociedad, 13(1), 19-40. DOI: http://dx.doi.org/10.17981/cultedusoc.13.1.2022.02
Esquivel, D.R., Reyes, J.M. y Reyes, J.I. (2018, octubre 3-5). Los Estudios de Posgrado y la situación actual en México. Memoria del XXIII Congreso Internacional de Contaduría, Administración e Informática. UNAM, FCA, ANFECA y ALAFEC.
Figueroa, J. G. (2021). Recuerdos ambivalentes de un ayudante de estudiantes de posgrado con miedo a la iatrogenia docente. En A. Evangelista, F. Peña y R. Mena (Coord.). Violencias en la Educación Superior en México (pp.177-214). El Colegio de la Frontera Sur, Ediciones Eón.
Peinado, J.J., Montoy, L.D., y Cruz, C. (2021). Análisis del posgrado escolarizado en México. Dilemas contemporáneos: educación, política y valores, 9(1), 1-20. https://doi.org/10.46377/dilemas.v9i1.2829
Peña, F. y López, S. (2022). Violencias en contra del estudiantado de posgrado en México. El Cotidiano 233, 17-30
Poniatowska, E. (2017). Formarse a partir del miedo es un virus del mundo académico: Rosi Velasco. La Jornada, 11 de junio, disponible en Internet: https://www.jornada.com.mx/2017/06/11/opinion/a03a1cul
Quintero, S. (2020). El acoso y hostigamiento sexual escolar, necesidad de su regulación en las Universidades. Revista de Estudios de Género, La Ventana, 31, 245-271.
Reyes, C., Larrea, M.L. y Guarderas, P. (2024). Efectos psicosociales del acoso sexual en estudiantes de instituciones de educación superior de Quito, Ecuador. Revista Castalia 42, 51-73.
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