ADOLESCENCIA: ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE LA PRESENCIALIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA?

Mtra. Yu Hing Valeria Chuey Rosas
Mirta Kozolchyk
Fundación SKY, A. C.
Correo: yuhingchuey@gmail.com

Cita recomendada:

Chuey, Y. y Kozolchyk, M. (2021). Adolescencia: ¿cuál es la importancia de la presencialidad en tiempos de pandemia?. Revista de Divulgación Crisis y Retos en la Familia y Pareja, 3(2), 34-39. https://doi.org/10.22402/j.redes.unam.3.2.2021.408.34-39

Resumen

Con la mirada en la adolescencia abordamos la importancia de la presencialidad en tiempos de pandemia, donde la distancia social y la falta de contacto con los otros ha causado un impacto reflejado en la manera en que ahora las y los jóvenes se relacionan. Aunque la virtualidad tiene demasiadas ventajas, pareciera que la comodidad en la que hemos caído, ha hecho que esta sustituya a la presencia. Por ello, resaltamos que en este momento en el que se han buscado alternativas para seguir cuidándonos, como los sistemas híbridos en la educación y demás ámbitos, no se debe olvidar que la presencia propia y la de los otros en esta etapa tan vulnerable, como lo es la adolescencia, es fundamental.

Palabras clave: adolescencia, pandemia, presencialidad, virtualidad.

Introducción

La pandemia que seguimos enfrentado ha causado estragos en todo el mundo, nos hemos confrontado no sólo ante una nueva enfermedad, sino también a todo lo que ha implicado, como el aislamiento social y la necesidad de encontrar otras formas de contactarnos, de estar en comunicación y de continuar con la vida.

De esta manera, cuando inicio la contingencia sanitaria debido a la enfermedad por coronavirus (COVID-19), la mayor parte de las actividades pasaron de lo presencial a lo virtual, surgieron aún más plataformas de comunicación a distancia y todo empezó a adaptarse, como las actividades laborales y escolares, pasando a ese otro mundo virtual que tiene complejas implicaciones. Muchas personas tuvieron que aprender a utilizar diferentes tecnologías, incluso a usarlas por primera vez, para poder estar al día y no perder contacto, lo que requirió de mucho esfuerzo.

Al principio todo fue novedad y de algún modo, el aislamiento parecía un respiro ante el ajetreado modo de vivir, entre el trabajo, los traslados de un lugar a otro, el transporte público y las actividades cotidianas. Sin embargo, el tiempo fue pasando y empezó a surgir un desgaste ante el uso excesivo de dispositivos y el poco contacto social, se pasaba tanto tiempo frente a una computadora o medio electrónico, que el cansancio no sólo era físico, sino también mental.

Adolescencia y pandemia

Considerando las consecuencias que surgirían a partir de la pandemia, se ha señalado que uno de los sectores más afectados podría ser los niños y los adolescentes. En Fundación SKY llevamos más de trece años trabajando con la adolescencia, por lo que nuestra mirada está en esa etapa, probablemente la más vulnerable en el desarrollo humano. Y si tenemos en cuenta que el contacto social y la relación con los otros son fundamentales en ese momento, existen muchos riesgos que necesitamos empezar a mirar dada la situación que vivimos actualmente.

Interviniendo los trazos del grupo.

Taller de Valores y Cuerpo, Fundación SKY (2021).

Surgió un cambio radical en las formas del lazo social, familiar, escolar y laboral, vimos reflejado este impacto en las y los adolescentes que forman parte del Programa Lazos, un microcosmos donde pudimos observar y seguimos observando, las transformaciones, adaptaciones, creaciones y nuevas maneras de organizar los cambios estructurales imprevistos, que nos llevaron a apreciar nuestros propios recursos, en tiempos de dificultad y cambio.

La UNICEF (2020) realizó un sondeo rápido en 8,444 adolescentes y jóvenes de Latinoamérica y el Caribe, en el que encontró que el 27% reportó sentir ansiedad y el 15% tenía síntomas de depresión, para muchos la situación ecónomica ha sido una razón que influye en sus emociones. Asimismo, el 46% señaló sentir menos motivación para realizar actividades que eran disfrutadas y también encontraron que la percepción sobre el futuro se ha visto negativamente afectada, siendo las mujeres quienes se sienten más pesimistas (43%), en comparación con los hombres (31%). Todos estos datos han permitido tener una de las primeras vistas de los desafíos enfrentados y es necesario que se siga investigando.

Ventajas de la virtualidad

La virtualidad ofrece un sinnúmero de ventajas, con la tecnología actual es posible que podamos conectarnos con los otros, sin importar el lugar y la distancia, ahora incluso podemos mirarnos por completo a través de las pantallas. Aunado a ello, ha significado poder realizar nuestras actividades desde nuestros hogares, se ahorra tiempo y recursos económicos en los traslados que antes teníamos que considerar, es cómodo y accesible.  Hasta se ha revisado que muchas de las actividades laborales que realizábamos, pueden ser llevadas a cabo desde nuestras casas, sin ninguna dificultad.

En cuanto a la educación a distancia, aunque era un modo que ya se utilizaba desde hace tiempo, se convirtió en la manera en la que millones de alumnos en el mundo pudieron continuar con sus estudios en todos los niveles escolares y académicos. Es evidente que tiene muchas ventajas y como lo señala Aguilar (2020),  es posible que se desarrollen ciertas habilidades como la organización de la información, también el manejo de nuevos conceptos y se puede dar una amplicación en el lenguje que favorece de algún modo la comunicación y la forma en la que nos conectamos con el entorno.

La necesidad de lo presencial

En este momento, todas las ventajas de la virtualidad parecen ganar terreno en la vida cotidiana y la misma comodidad ha generado que para muchas personas, estar a distancia sea ya una opción, sin embargo, no debemos dejar de lado la importancia de la presencialidad y el contacto físico. En especial en la adolescencia y como lo señalan Andolfi y Mascellani (2012), el estar cerca del grupo de pares es fundamental en esta etapa,  porque constituye lo que denominan, el polo de la realidad que es tan necesario,  sin dejar de lado el polo familiar.

Registrando la danza en el muro.

Taller de Valores y Cuerpo, Fundación SKY (2021).

Aguilar (2020) hace referencia a Bandura, donde destaca la importancia del aprendizaje en escenarios presenciales,  “el sujeto no es un ser pasivo, es un ser capaz de transformar sus experiencias a través de la observación de modelos que influyen en sus motivaciones y en sus emociones. Por medio de este aprendizaje los estudiantes asimilan ciertas normas sociales que regulan su comportamiento”, así que necesitamos de los otros para seguir desarrollándonos.

Las y los adolescentes están pasando tanto tiempo en pantalla y no sólo con sus activiades escolares, sino también en otras, como los video juegos, que pasan horas de la madrugada conectados sin que sus padres se den cuenta, lo que puede producir alternaciones en el ciclo regular de sueño-vigilia y un cansancio excesivo, que conlleva a una baja en el rendimiento escolar por ejemplo (Andolfi y Mascellani, 2012). Además, la falta de contacto social no permite que logren una autoconciencia de sí mismos, así como la posibilidad de reflexionar y de formar un pensamiento crítico (Aguilar, 2020).

Trazos y movimientos.

Taller de Valores y Cuerpo, Fundación SKY (2021).

Con el auge de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, la comunicación e interacción humana se van complejizando, en especial para las y los jóvenes, hoy en día pareciera que “es más difícil entablar una conversación casual en la cafetería o después de clase cuando todos están mirando sus teléfonos” (Haidt y Twenge, 2021).

En nuestra experiencia con el trabajo con las y los adolescentes, hemos constantado que a través de la expresión artística encuentran una forma de comunicación y de identificación, en donde se necesita de la presencia, del contacto físico y la necesidad de la mirada del otro en el espacio físico compartido. Y cuando consideramos al otro, nos cuestionamos dónde queda el cuerpo y los lazos sociales en estos tiempos de virtualidad, cómo es que las y los jóvenes se están enfrentando a esta situación que seguirán viviendo.

Durante nuestras actividades llevadas a cabo a la distancia, hemos corroborado que se puede seguir acompañando y aunque el grupo logre poner su “presencia”, dialogar, participar e incluso divertirse, sigue siendo a través de la pantalla. Con el paso del tiempo retomamos algunas actividades presenciales y en otros buscamos llevar un sistema “híbrido”, en el que parte del grupo estuviera presente y la otra en línea, sin embargo, es abismal la diferencia entre lo presencial y lo virtual. Al estar en contacto, las y los adolescentes se expresan de una forma distinta, y aunque la comunicación se ha hecho difícil, ya que necesitamos tener distancia y el uso de cubrebocas, logran conectarse los unos con los otros y generar colaboración.

Generación 2021.

Taller de Valores y Cuerpo, Fundación SKY (2021).

Conclusiones

Pareciera que la adolescencia se encuentra en crisis, amenzada y desestabilizada, se necesitará encontrar nuevas normalidades, de tipo híbridas y negociadas, en donde la creatividad para retomar las actividades será la principal protagonista. Nos encontramos ante el reto de lograr que la presencialidad no sea sustituida nunca por la virtualidad y como lo señala García Aretio (2021) “la flexibilidad adecuada, podría dar respuesta a las diferentes necesidades de formación, especialmente en tiempos  de  posCOVID”, resaltando que se necesitaran sistemas educativos resilientes, que tengan la capacidad de responder ante situaciones de emergencia y que puedan aminorar en medida de lo posible, las desigualdades que han sido notorias en este tiempo. Además, la creatividad jugará un papel importante en la generación de espacios diferentes, en los que se busque inclusión y apertura.

Como lo señalan Haidt y Twenge (2021), el regreso a la escuela presencial puede ser el comienzo de dejar a un lado los dispositivos por periodos más prolongados y generar que “los estudiantes puedan practicar el arte perdido de prestar toda la atención a las personas que los rodean, incluidos sus profesores”. También resaltan la importancia de retrasar cada vez más la edad a la que se comienza a utilizar redes sociales, ya que es una cuestión que no se encuentra completamente regulada para los menores de edad.

Asimismo, la función de la familia seguirá siendo fundamental en este proceso de cambio continuo, es un desafío porque se debe mantener una comunicación permanente para que se pueda dar la participación, la colaboración, así como la solución de problemas, teniendo en cuenta el uso equilibrado de redes sociales y demás dispositivos electrónicos, se deberá estar atento a las ideas, sentimientos y pensamientos (Aguilar, 2020), lo que permitirá seguir acompañando a las y los jóvenes en este momento particular.

Finalmente, estamos viviendo un tiempo para el que nadie estaba preparado, nos hemos adaptado en medida de lo posible y continuamente seguimos enfrentando modificaciones en todos los ámbitos, será importante que nos cuestionemos más que nunca el rol que la virtualidad tiene en nuestras vidas.

Fragmento de un poema (Emily Estrella, 14 años):

Esa ansiedad de no saber lo que se aproxima

Ese no es el único problema

También está COVID y cuarentena, distancia social

No ha visto a sus amigos en un año y cacho

Y varios de sus conocidos ya lo han hecho

Pero no todo es malo, no todo es miedo

Hay risas y apoyo, hay cariño y amor

Hay sonrisas y sueños que aparecen como flor en botón

Y las recolecta y las cuida y algunas mueren, pero no se desanima

Porque hay un futuro del que ella no duda

Y aunque llore y maldiga, sabe que llegará algún día

Referencias

Aguilar, F. (2020). Del aprendizaje en escenarios presenciales al aprendizaje virtual en tiempos de pandemia. Estudios Pedagógicos XLVI, Nº 3: 213-223, 2020.

Andolfi, M. y Mascellani, A. (2012). Historias de la adolescencia. Experiencias en terapia familiar. Buenos Aires: Gedisa.

García  Aretio,  L.  (2021).  COVID-19  y  educación  a  distancia  digital: preconfinamiento,  confinamiento  y  posconfinamiento.  RIED.  Revista  Iberoamericana  de  Educación  a Distancia, 24(1), pp. 09-32. doi: http://dx.doi.org/10.5944/ried.24.1.28080

Haidt, J. y Twenge, J. (2021). El arte perdido de convivir sin celulares. Recuperado de: https://www.nytimes.com/es/2021/08/21/espanol/opinion/adolescentes-redes-sociales-soledad.html

UNICEF. (2020). El impacto del COVID-19 en la salud mental de adolescentes y jóvenes. Recuperado de: https://www.unicef.org/lac/el-impacto-del-covid-19-en-la-salud-mental-de-adolescentes-y-j%C3%B3venes

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