¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE “FAMILIAS DISFUNCIONALES”?

Carla Daniela Messina y Lic. Lorena Pozo

Universidad de Flores (UFLO), Argentina

Estudiante Lic. en Psicología. Correo electrónico: messinacarla8@gmail.com

Lic. Lorena Pozo – Psicopedagoga / Psicóloga – Doctoranda en Psicología Sistémica, Cognitiva y Neurociencias – Docente UFLO – Correo electrónico: lic.lorenapozo@gmail.com

Cita recomendada:

Messina, C., & Pozo, L. (2022). ¿A qué nos referimos al hablar de “familias
disfuncionales”? Revista de Divulgación Crisis y Retos en la Familia y
Pareja, 4(1), 52-57. https://doi.org/10.22402/j.rdcrfp.unam.4.1.2022.440.52-57

Resumen

La construcción familiar, a lo largo de la historia, ha suscitado una serie de cambios. Asimismo, es importante indicar que los grupos familiares se hallan determinados tanto por los contextos, los espacios y los tiempos, en los que transcurren (Losada y Marmo, 2019). La familia es la institución donde se forja la personalidad del sujeto, pudiendo transformarse en un mal modelo cuando las relaciones entre sus miembros son inadecuadas. En esos momentos se empieza a desdibujar su identidad. Sus miembros actúan de modo descoordinado, hay una distorsión de la comunicación; y los valores y creencias son cuestionados. La familia empieza a funcionar con predominio de desorden, y comienzan a presentarse situaciones que exceden su límite de tolerancia. Cuando ello sucede, los integrantes de la familia han entrado en lo que se denomina una crisis y frente a estas situaciones es cuando la violencia puede suscitarse (Puhl et al., 2013).

Palabras Clave: familia, funcionalidad, disfuncionalidad, sistema.

El Manual de psicología de la familia (Losada et al., 2019), brinda varias definiciones sobre el concepto de familia. Una de ellas menciona que la familia es una unidad social que aplica una serie de tareas inherentes al desarrollo de sus miembros. Las funciones familiares presentan objetivos internos relacionados con la protección psicosocial de sus integrantes y objetivos externos ligados a la adaptación a una cultura y la transmisión a sus miembros a través de procesos de enseñanza y aprendizaje. El sistema de la familia está organizado sobre la base de apoyo, cohesión, regulación, alimentación y socialización de sus integrantes (Minuchin, 1983) e incluye mecanismos que le permiten autoperpetuarse y modificarse.

La familia es donde se sustentan fundamentalmente el desarrollo mental,
emocional y físico de cualquier persona; es donde principalmente se debería aprender acerca del amor y el respeto. Sus miembros son quienes ayudan a desarrollar la inteligencia emocional; es por ello que aquí radica la importancia de crecer en una familia funcional y no en una familia disfuncional.

Asimismo, es importante mencionar que una familia es mucho más que la suma de individualidades, es decir, es un sistema dinámico y flexible de interrelaciones entre sus miembros que se dan para cubrir las necesidades materiales, sociales, culturales, espirituales y afectivas de sus integrantes (Minuchin, 1983). En una familia funcional están satisfechas todas esas necesidades. Si hay conflictos o crisis, sus integrantes se complementan y apoyan para hallar las soluciones, alcanzar el desarrollo pleno y, en esencia, tener bienestar. En la familia disfuncional la situación es diametralmente opuesta.

La familia, como grupo social, tiene algunas funciones básicas que debe cumplir. Desde una perspectiva biológica, cada sociedad establece una serie de reglas que regulan las actividades reproductoras de sus adultos, siendo la familia una de las maneras socialmente aceptadas. Por otra parte, desde la mirada económica, ésta se refiere al mantenimiento de los miembros no productivos, generalmente los hijos pequeños. No obstante, la función económica de la familia también alude a la división de las tareas domésticas, de manera que es la antesala de la posterior división del trabajo en el mundo laboral. En tanto, la función educativa-socializadora de la familia es fundamental dado que es el primer grupo socializador, encargado de transmitir a las nuevas generaciones el sistema de valores y las formas de hacer, además de prepararlos para que se inserten en la sociedad y cumplan las reglas de esta. Por último, a nivel psicológico, la institución familiar refiere a la satisfacción de las necesidades emocionales e intelectuales de cada uno de sus miembros. La familia es el núcleo donde las personas deberían sentirse aceptadas, respetadas y protegidas. La familia es la matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros que debe adaptarse a la sociedad y posibilitar la continuidad de la cultura. La familia es importante dado que es una de las instituciones relevantes que conforman la estructura de la sociedad a la cual pertenecen. Y así como se fue transformando el concepto de la familia, abriendo paso a nuevas estructuras familiares y haciendo un enorme esfuerzo para que estas estructuras consigan tener visibilización y aceptación, porque los cambios de paradigmas no suelen recibirse de un momento a otro y fácilmente, también se fue reformulando el concepto de «normalidad» asociado a la familia, así como también lo que significa un sistema familiar saludable. Cada vez más la ausencia de problemas, se aleja como sinónimo de salud, y se empieza a comprender que lo saludable se encuentra determinado por las herramientas que se utilizan en la resolución de los mismos. Que la clave está en incorporar métodos que no impliquen la ruptura de los vínculos ni tampoco el sostenimiento de los mismos a cualquier costo.

Así pues, los lazos y vínculos emocionales más fuertes se crean con la familia, sin importar el contexto cultural, económico, la raza, la religión. Es así como los lazos familiares nos hacen sentir amados, protegidos y apoyados.

Esto significa que una familia funcional no solo debe ser capaz de satisfacer las necesidades básicas materiales de sus miembros, sino que también debe brindarles el apoyo emocional que necesitan y asegurarse de que estos desarrollan al máximo su potencial como individuos (Herrera, 1997).

En contrapartida, al hablar de familias disfuncionales se puede mencionar que, si una familia funcional es aquella en la que se desarrolla en un ambiente de completa armonía, la familia disfuncional, en cambio, es aquella que, no se vive en un ambiente de armonía, existe violencia, los hijos viven con otros familiares, no hay comunicación, etc.

Normalmente una familia disfuncional es aquella que carece de vínculos afectivos, no logran cubrir las necesidades físicas, psicológicas y económicas; esto a su vez generará un desgaste físico y emocional en todos los integrantes de la familia.

Asimismo, es importante mencionar que las familias disfuncionales están presentes en todos los niveles socioeconómicos y éstas ven afectada la convivencia con la sociedad.

Ahora bien, ¿Cómo identificar una familia disfuncional? Dentro de las características de una familia que no está adecuadamente estructurada y termina siendo disfuncional, se puede observar:

  • Falta de comunicación familiar: En una familia disfuncional no se desarrolla una comunicación asertiva. Por el contrario, prefieren evadir los problemas, sin buscar ningún tipo de solución o simplemente acuden a la agresión verbal para expresar lo que sienten. Particularmente, en el caso de los menores no logran comunicarse, por temor a la reacción que puedan tener los adultos acerca de lo que manifiestan.
  • Ausencia de límites y normas: No existe una organización familiar, por lo tanto, se evidenciaría la carencia de límites y normas en los integrantes de la familia, haciendo que la convivencia sea complicada.
  • Peleas entre los padres: En la familia disfuncional los conflictos y peleas siempre están presentes, los padres no logran tener una adecuada cohesión de pareja; sus problemas los resuelven con gritos, agresiones verbales y en muchos casos, agresiones físicas.
  • Padres deficientes: una característica de una familia disfuncional son los considerados padres tóxicos, quienes por alguna razón -tengan un problema de adicción o sufran algún tipo de enfermedad mental, entre otras- no logran hacerse cargo de su hogar y los niños deben desempeñar roles de personas adultas, lo que la convierte en una familia disfuncional.
  • Padre o madre ausente emocionalmente: En estos casos se hace referencia a un padre o una madre que no ejercen ninguna función con sus hijos; simplemente confían todo el cuidado de los niños en su pareja o a algún otro familiar. Si bien la presencia física existe, no se involucran en absoluto en la crianza y desarrollo de su hijo; generando en ellos y la pareja, grandes vacíos y heridas emocionales.
  • Violencia intrafamiliar: Habitualmente, en este tipo de familias se presentan conductas de violencia intrafamiliar; es decir, se evidencian actos de maltrato psicológico y físico a cualquier integrante de la familia.
  • Problemas de adicciones: Son familias en las que alguno de sus miembros sufre algún tipo de adicción. En consecuencia, suele existir caos en la convivencia, ya que muchos de los problemas que se presentan giran en torno a la adicción del familiar que la sufre.
  • Abusos: Pueden ser abusos físicos, psicológicos y sexuales. Las personas que son abusadas suelen vivir con miedo y angustia, se sienten menospreciadas y el entorno familiar suele ser tóxico; causando graves heridas emocionales y físicas en las personas que han sido abusadas.
  • Maltrato Infantil: Etimológicamente, el término maltrato es la acción de abuso, agresión -física, psicológica, sexual-, negligencia, abandono e incluso explotación de las personas hacia otras personas. Las culturas antepasadas justificaban las acciones de violencia y maltrato mediante castigos físicas especialmente por los padres hacia los hijos con la consigna de disciplina, obediencia, enseñanza e incluso símbolo de superioridad, eso generó un resentimiento reprimido de los menores de edad hacia los padres (Soriano, 2015).
    Dentro de las formas de maltrato es el abandono de niñas, niños y/o adolescentes, donde sus familias de origen no les ofrecen ambientes adecuados para su desarrollo debido a situaciones extremas tales como la violencia doméstica, negligencia, abuso, abandono –entre otras- que ponen en riesgo la salud física y psicológica de los menores de 18 años.
    En síntesis, se maltrata a un niño cuando no se atienden sus necesidades como son la alimentación, salud, protección, afecto y cuidado.
  • Involucrar a los hijos en los conflictos: La familia disfuncional suele involucrar a sus hijos en los problemas; como resultado los hacen parte de ellos, en muchos casos este tipo de padres hasta obligan a sus hijos a tomar partido por uno de los dos padres.

Con base en lo desarrollado hasta aquí, se puede resumir que más allá del deseo general de todos por tener una familia en armonía, muchas veces no resulta tan sencillo ya que está compuesta por diferentes personas y por ende esto implica que existan diferentes personalidades, lo que hace mayor el reto de convivir en armonía.

Es apropiado plantear que, cuando las familias no son capaces de llevar adelante una dinámica familiar saludable para sus miembros, la adecuada labor de profesionales de la salud mental será la de acompañar a ese grupo para que alcance sus objetivos y permita el pleno desarrollo de sus miembros, aun cuando eso implique la separación o exclusión de un integrante del sistema familiar para lograr que puedan vivir en una sana armonía y salgan de la dinámica de familia disfuncional.

Con el objetivo de lograr una mejora en el funcionamiento familiar, será fundamental que la familia pueda manifestar los sentimientos y las emociones, dado que una de las principales causas por las que ocurren los conflictos en la familia, es por la dificultad o incapacidad en expresar de forma adecuada las emociones. Cuando no se logra expresar todo aquello que se piensa y se siente, los sentimientos y las emociones se vuelven intensas; cuando estas se desbordan, son mucho más difíciles de controlar.

Para que la familia obtenga una adecuada funcionalidad es indispensable que aprendan a aceptar los sentimientos del otro, ser empáticos, escucharse entre todos, brindar apoyo y respetar lo que el otro pueda estar sintiendo. Asimismo, que puedan regalarse momentos especiales, dado que más allá que los padres y madres deben cubrir necesidades básicas, como el alimento, la vivienda y la ropa, toda familia también necesita dar y llenarse de buenos momentos que quedarán plasmados en la memoria para el resto de la vida; pero de cada familia depende dejar recuerdos positivos o negativos.

Como sociedad ampliada y como familia se debe respetar el pensamiento del otro. Al ser seres individuales cada uno tiene su forma y manera de pensar. Finalmente, en la familia se debe ser respetuoso y aunque se puede opinar y dar un punto de vista, no hay necesidad de imponer las ideas propias.

Referencias

Herrera Santí, P. M. (1997). La familia funcional y disfuncional, un indicador de salud. Revista Cubana de Medicina General Integral, 13(6), 591-595. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_isoref&pid=S0864-21251997000600013&lng=es&tlng=es

Losada, A. V. y Marmo, J. (2019). Manual de Psicología de la Familia. Educa.

Minuchín, S. (1983). Familias y Terapia familiar. Ediciones Gedisa.

Organización Mundial de la Salud (2010). Nota descriptiva N° 150, de Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/child-maltreatment

Puhl, S., Izcurdia, M., Varela, O. (2013). La actividad pericial en Psicología Jurídica. ECUA. https://www.bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFP/juridica/varela/Varela,%20Puhl,%20Izcurdia%20-%20la%20actividad%20pericial%20en%20psicologia%20juridica.pdf

Soriano, F. (2015). Prevención del maltrato. Tesis de grado y postgrado: http://previnfad.aepap.org/sites/default/files/2017-04/previnfad_maltrato.pdf

Unicef Argentina (2013). Abuso Infantil. Por qué, cuándo y cómo intervenir desde la escuela ante el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes. Guía conceptual. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL004917.pdf


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