INTELIGENCIA EMOCIONAL Y FELICIDAD EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

Dra. Soraya I. Ramírez-Chelala Hernández. Tutora de la carrera de Psicología del Sistema de Universidad abierta y Educación a Distancia, Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Correo electrónico: soraya.ramirez@iztacala.unam.mx

Dra. Blanca Verónica Moreno García. Docente Tecnológico Nacional de México/ Instituto Tecnológico de Chetumal. Perito en psicología forense.

Correo electrónico: blanca.mg@chetumal.tecnm.mx


Cita recomendada:

Ramírez-Chelala, S. & Moreno (2025). Inteligencia emocional y felicidad en estudiantes universitarios. Revista de Divulgación Crisis y Retos en la Familia y Pareja, 7(2), 17-21. https://doi.org/10.22402/j.rdcrfp.unam.7.2.2025.630.17-21


RESUMEN

Dada la influencia de las emociones en la calidad de vida de los seres humanos, se han realizado múltiples investigaciones. Con el objetivo de identificar si el nivel de inteligencia emocional de las personas pudiera ser un factor que permita una mayor percepción subjetiva de felicidad, se realizó una investigación cuantitativa con diseño transaccional correlacional-causal. Se solicitó a un  grupo de 28 estudiantes del séptimo semestre de la carrera de administración de una universidad pública, que contestaran dos cuestionarios sobre inteligencia emocional y una escala de felicidad.  Como resultado del análisis de ambos instrumentos, se identificó una correlación moderada entre los niveles de inteligencia emocional y los niveles reportados de percepción subjetiva de felicidad.

Palabras clave: felicidad, inteligencia emocional, bienestar subjetivo.

INTRODUCCIÓN

La Organización Mundial de la Salud (ONU), reconoce la relevancia de la felicidad en una nación, ya que puede impactar tanto en el bienestar de sus pobladores como en su economía (Naciones Unidas [NU], 2025). Para crear conciencia de la rancia que tienen la felicidad y el bienestar, la Asamblea General de la ONU implementó el 20 de  marzo como Día Internacional de la  Felicidad, considerándolas como aspiraciones universales de los seres humanos (Naciones Unidas [NU], 2025). Es decir, el éxito de los países puede estar en función de la felicidad y el bienestar de sus pobladores.

La presente investigación tuvo como objetivo analizar si existe correlación  positiva entre el nivel de coeficiente emocional, parámetro para medir la inteligencia emocional (IE), y los niveles de percepción subjetiva de felicidad.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

David Wechsler (1940), explicó que existen factores  no intelectivos que influyen en el  comportamiento inteligente; posteriormente, Gardner (1983), contempla el aspecto emocional del individuo; afirmó que hay dos inteligencias adicionales que explican la capacidad de resolver problemas:  interpersonal e intrapersonal (Citado en Castaño y Tocoche, 2018). La primera es la capacidad que permite comprender intenciones, motivaciones y deseos de los demás. La segunda, es la capacidad de comprensión de uno mismo, apreciar los  sentimientos, temores y motivaciones propios (Citado en Castaño y Tocoche, 2018).

Seligman (2003), con el objetivo de promover una  psicología más enfocada en los recursos internos, contempla las competencias emocionales, las cuales, a decir de Bisquerra (2009), facultan al individuo para lograr una mejor adaptación a sus circunstancias y entorno. Estas competencias facultan para una asertiva gestión de las emociones (Bisquerra, 2009). La gestión  emocional es medular para la IE, la cual es un rasgo de personalidad indispensable para la adaptación y el éxito; cultivarla implica el desarrollo de las habilidades que la conforman. Es decir, un desarrollo personal funcional depende del procesamiento de la información emocional.

FELICIDAD

Para Aristóteles la  felicidad implica dicha y conducta recta, que contempla: hedonia (placer) y eudaimonía (una vida bien vivida) (Citado en Alarcón, 2015a). La hedonia se refiere a satisfacer necesidades básicas y el goce de algunos deleites; la eudaimonía, se refiere al desarrollo y práctica constante de virtudes. De lo  anterior, es que Aristóteles concluye que la  felicidad es la suma de acciones y modo de ser de un individuo (Citado en Anaya, 2011). García (2015), afirma que  algunas enfermedades mentales como es la  depresión tienen como síntoma la anhedonia, término que hace referencia a la falta de placer.  Es decir, una vida en  la que se conjugue, satisfacción de necesidades y algunos placeres con el desarrollo interior; permitirá experimentar felicidad.

RELACIÓN ENTRE INTELIGENCIA  EMOCIONAL Y FELICIDAD

Para Fernández-Berrocal y Extremera (2005), una buena gestión emocional genera felicidad; el  binomio bienestar-emociones positivas, tiene  una base neurobiológica con efectos en la salud.  Desde el enfoque de la psicología positiva, se  han realizado estudios que evidencian que “el  bienestar y sus componentes son susceptibles  de ser intervenidos y potenciados, eventualmente aportando a una mejor salud y  bienestar en general de las personas sanas y  enfermas” (Tala, 2019 p. 755) (Citado en  Ramírez-Chelala, 2022).

Las investigaciones sobre IE y su vínculo con  la felicidad, exponen que a mayor IE, mayores serán los  niveles de felicidad (Fernández-Berrocal y  Extremera, 2009a). Un elevado nivel de IE, favorece la función adaptativa de las emociones negativas, necesarias para el óptimo funcionamiento psico emocional. En una investigación, realizada con 83 estudiantes universitarios, por Caballero-García y Sánchez (2018), reportó que altos niveles de felicidad se asocian con emociones  positivas.

Explicación tentatica (hipótesis): 

Los niveles de inteligencia emocional que reportan los estudiantes se relacionan de manera positiva con los niveles de percepción subjetiva de felicidad que reportan tener. Es decir estudiantes co alta inteligencia emocional, se perciben como más felices.

 ¿QUÉ SE HIZO?

Se realizó una investigación cuantitativa con diseño no experimental, transeccional correlacional-causal. Se invitaron alumnos del grupo X del séptimo semestre de la carrera de Administración del Tecnológico X del  semestre agosto-diciembre 2023. Participaron  28 estudiantes de un grupo de 35 alumnos.

La felicidad se midió con la Escala Factorial para Medir la Felicidad (2006). La IE se midió con el test Inteligencia Emocional de Emily  Sterret (2000).

Se mandó a cada participante, vía correo electrónico, el consentimiento informado para su signatura. Ya con firma autógrafa, se les compartió por la misma vía, la liga de un formulario de Google que incluía, primero el test de Escala Factorial para Medir la Felicidad y después el de Inteligencia Emocional de Emily  Sterret.

Con el uso de Excel, se analizaron los resultados de ambos test. Posteriormente se realizó una correlación entre los mismos con el fin de comprobar o refutar la hipótesis.

¿QUÉ SE ENCONTRÓ?

Felicidad

Para el análisis de los datos obtenidos en el instrumento Escala  de Felicidad de Lima (EFL) (2006), se utilizó el Manual para Escala  Factorial Para Medir La Felicidad de Alarcón  (2015b). Como se observa en la figura 1, en lo que se refiere al puntaje total, en el Factor 1. Sentido Positivo de la Vida, la  población obtuvo el mayor puntaje de los  cuatro factores, 48 puntos, mientras que el  Factor 4 Alegría de vivir es de 17 puntos. En  el Factor 2. Satisfacción con la Vida, se  obtuvo un puntaje de 24 puntos y en el Factor  3. Realización Personal, el puntaje obtenido  es de 23. El puntaje en el Factor 1, indica  un alto grado de felicidad. Así mismo, el nivel  en el Factor 4. Alegría de vivir, el puntaje  obtenido reporta que los sujetos que la contestaron tienen sentimientos de que es  maravilloso vivir, refieren  experiencias positivas de la vida y sentirse  generalmente bien. El nivel total de felicidad que reporta la población es de 112, lo  que, según la escala factorial, indica un  nivel alto de felicidad.

Figura 1

Nivel de felicidad

Nota. Se exponen los porcentajes reportados por la población total en los criterios considerados en el test Escala  Factorial Para Medir La Felicidad de Alarcón (2015b).

Inteligencia Emocional

En la Escala de  Inteligencia Emocional de Emily Sterret (2000), se reportan 109 puntos, lo que evidencian, según la tabla  de interpretación, una población con un nivel  de IE medio. Como se observa en la figura 2, de las seis dimensiones que  comprende el instrumento (autocontrol, autoconciencia y motivación), son las que obtienen un puntaje alto, 19 puntos.  El puntaje más bajo fue en competencia social, 16 puntos, considerado nivel medio. Las dimensiones empatía  y autoconfianza también tienen un nivel  medio con 18 puntos.

Figura 2

Niveles de Inteligencia Emocional

Nota. Se exponen los porcentajes reportados por la población en los criterios considerados en la Escala de  Inteligencia Emocional de Emily Sterret (2000).

Relación entre felicidad e inteligencia emocional

Para identificar la relación entre el coeficiente emocional y la felicidad, se utilizó el modelo de relación lineal simple. Se reportan niveles elevados de  IE y de felicidad; los cuales pueden deberse, entre otros factores, a que la  población se encuentra en Chetumal, Quintana Roo, el cual está en el tercer lugar de bienestar en México.

Referente a la pregunta general, ¿existe  correlación positiva entre los niveles de  inteligencia emocional y los niveles de la  percepción subjetiva de felicidad reportados  por los alumnos de séptimo semestre de la  carrera de Administración del Tecnológico X  del semestre agosto-diciembre 2023? Se identificó una correlación moderada, es decir, a medida que incrementa  el puntaje total de IE, incrementa el puntaje  total de felicidad. El que sea una correlación moderada indica que mayores niveles de inteligencia emocional no  necesariamente van a determinar mayores niveles de felicidad. Sin embargo, los resultados arrojan evidencia suficiente para afirmar que existe una correlación positiva moderada entre las dos variables en estudio, por lo que se confirma la hipótesis. Otras  investigaciones han encontrado esta relación, por ejemplo, en el estudio La Inteligencia Emocional y el estudio de la  felicidad, realizado por Fernández-Berrocal y  Extremera (2009b), se evidenció que niveles altos de  IE, mejoran la capacidad del adolescente para gestionar asertivamente sus  pensamientos y emociones y así mejorar sus  niveles de bienestar.

¿QUÉ SE CONCLUYE?

La inteligencia emocional como rasgo de  personalidad, es un factor importante para la  capacidad de adaptación y éxito, por lo que  trabajar en ella es uno de los pilares para el desarrollo óptimo, personal y social del individuo. La IE  al ser responsable del   procesamiento de la información emocional, cultivarla implica el desarrollo de las  habilidades que la conforman. Una  buena gestión emocional permite mayores niveles de felicidad. Se sustenta la importancia  de estudiar este tema para crear consciencia  de  desarrollar, desde la infancia, la IE con el fin de promover adultos más funcionales y felices. De esta manera, posiblemente los individuos tendrían mejores relaciones  intra e interpersonales, ser más productivos y felices lo que permitiría crear sociedades más sanas física, emocional y psicológicamente.


REFERENCIAS

Alarcón, R. (2015a). La idea de la felicidad. Apuntes de Ciencia & Sociedad, 5(1), 6-9.

Alarcón, R. (2015b). Manual Escala de la Felicidad. https://edoc.pub/manual-escala-de-la-felicidad-de-reynaldo-alarcon-pdf-free.html

Anaya, J. (2011). Êthos y Eudaimonia en la Êthika de Aristóteles. Revista Praxis (66), 11-

25. https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/praxis/article/view/3963

Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las Emociones. Editorial Síntesis.

Caballero-García & Sánchez. (2018). La felicidad en estudiantes universitarios. ¿Existen diferencias según género, edad o elección de estudios?. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 21(3), 1-18.

Castaño, F. & Tocoche, Y. (2018). Inteligencias múltiples y competencias emocionales en estudiantes universitarios. Campo Abierto, 37(1), 33-55.

Fernández-Berrocal, P. & Extremera, N. (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), 63-93

Fernández-Berrocal, P. & Extremera, N. (2009a). Inteligencia emocional y la conquista de la felicidad en Vázquez, C. y Hervás, G. (Ed.), La ciencia del bienestar. Fundamentos de una psicología positiva (1 ed., pp. 231-254). Alianza Editorial.

Fernández-Berrocal, P. & Extremera, N. (2009b). Inteligencia emocional y el estudio de la felicidad. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, 66, 85-108.

García, C. (2015). Felicidad en Horta A.,  Vico, R. y Pérez, A. (Ed), Neurociencia  Afectiva. (1ª. ed., pp. 33-35). Editorial UOC.

Naciones Unidas (s/f). Día Internacional de la Felicidad. Naciones Unidas. https://www.un.org/es/observances/happiness-day

Ramírez-Chelala, S. (2022). Gratitud, estrategia para el bienestar. Revista de Divulgación Crisis y Retos en la Familia y Pareja, 4(1), 43-46. https://doi.org/10.22402/j.rdcrfp.unam.4.1.2022.450.43-46

Seligman, M. (2003). La Auténtica Felicidad. Ediciones B. S.A.

Sterret, E. (2000). The manager’s pocket guide to Emotional Intelligence From Management to Leadership. Ed. HRD Press.

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